Real Madrid vs Osasuna, una experiencia inolvidable desde el campo.
Era sábado 9 de noviembre, el reloj marcaba las 11:30 y los cánticos en las inmediaciones del Santiago Bernabéu ya eran palpables. El Real Madrid recibiría a Osasuna a las 14:00 en un partido que prometía emociones fuertes tras sus reveses contra Barcelona en El Clásico, y a mitad de semana ante AC Milan en la Champions League.
Mi primera vez en la gramilla del Bernabéu
Cuando puse un pie en la gramilla del Santiago Bernabéu a las 12:42, sentí cómo mi corazón latía desbocado. Nunca había estado en un lugar tan majestuoso, donde la historia y la pasión parecían flotar en el aire. Mis ojos se aguaron, mi piel se erizó, y una mezcla de alegría y sentimentalismo me envolvió por completo, estaba cumpliendo un sueño que llevaba años esperando.
Minutos antes del inicio – Himnos y homenaje
A las 13:50, el estadio estalló de vida. Las gradas, repletas de blanco, se transformaron en un mar de cánticos y banderas ondeando. Los jugadores salieron al campo, uno a uno, bajo una ovación clamorosa de la afición que llenaba el estadio. El himno del Real Madrid sonó con fuerza, resonando en cada rincón del estadio mientras los futbolistas se alineaban para la foto oficial del equipo. Antes de dar inicio al partido, se guardó un emotivo minuto de silencio en memoria de las víctimas del trágico accidente de la Danna, un gesto de respeto. Finalmente, el árbitro dio el primer pitido, y el balón comenzó a rodar, marcando el inicio de una nueva batalla sobre el césped del Bernabéu.
Mi rol detrás de la cámara
Sin embargo, mi emoción tenía un motivo especial: No solo sería asistente de este grandioso espectáculo deportivo, ni me ubicaría en la zona de prensa como lo había estado en los dos partidos mencionados anteriormente, sino que estaría por primera vez en mi carrera profesional detrás de la lente, documentando cada jugada, cada gesto y cada instante de la magia del fútbol.
Vinícius Jr: Triplete histórico ante Osasuna
El segundo tiempo trajo aún más magia de Vinícius, quien no estaba dispuesto a detenerse. En el minuto 63, convirtió su segundo gol de la tarde. Un espectacular pase largo de Lunin desde su propia portería encontró al brasileño en plena carrera. Con una maniobra veloz, dejó atrás a Herrera y, con la portería vacía, marcó el 3-0 para deleite de los hinchas.
Pero Vinícius quería más, y lo consiguió. En el minuto 69, aprovechó un error fatal de Boyomo. El defensa camerunés perdió el balón en el área frente a Brahim, quien no dudó en asistir al brasileño. Con frialdad, Vinícius selló su triplete y firmó el 4-0 definitivo.
La actuación del Vini Junior fue un espectáculo inolvidable, una muestra de talento, ambición y determinación, que dejó claro por qué es uno de los grandes referentes del equipo.
Una experiencia personal inolvidable
El partido transcurría con intensidad y sentía una euforia indescriptible al fotografiar a los jugadores que durante años solo había visto por televisión desde Colombia. Ahora estaban allí, frente a mi cámara, más reales y cercanos de lo que jamás había imaginado. Podía captar la tensión en los rostros, el sudor que caía tras una carrera o la euforia tras un gol. Y claro que sí hubo goles.
Goles del primer tiempo
Fue en el minuto 34 cuando el estadio de los merengues estalló en euforia. Viní Jr, apareció para abrir el marcador. Tras un pase de Bellingham, el brasileño dejó atrás a Catena y, con un remate implacable, batió a Sergio Herrera, poniendo el 1-0 para el Madrid.
No pasó mucho tiempo para que la ventaja aumentara. En el minuto 42, Bellingham rompió su breve sequía goleadora. Aprovechó un magistral pase de Asensio para colocar el 2-0, consolidando el dominio del equipo blanco antes del entretiempo.
Resultado final: Real Madrid 4 – 0 Osasuna
Una noche mágica en el Santiago Bernabéu con un triplete de Vinícius Jr, una victoria contundente del Real Madrid y una experiencia personal que quedará grabada para siempre.mpre.
